miércoles, 23 de octubre de 2013

La estructura de Richat

El desierto del Sáhara es un lugar que, a primera vista, no parece demasiado variado geológicamente .

Así que te confías y vas navegando con el ratón por la zona, convencido de que no vas a encontrar nada interesante, hasta que llegas a Mauritania y dices "YEP".


Esto es la estructura de Richat o "el ojo de África", una formación geológica de casi 50 kilómetros de diámetro (tan grande que los astronautas orbitando alrededor de la Tierra la usaban como punto de referencia) que en un principio se creyó que era lo que había quedado tras el impacto de un asteroide, pero que terminó demostrándose que no.

¿Pero cómo no va a ser el cráter del impacto de un asteroide si tiene estructura circular y es enorme y bla bla bla bla?

Porque en una colisión de esas proporciones la energía liberada deja las rocas echas un desastre y eso no es lo que se observa en la estructura de Richat.

     Desde el suelo, ni siquiera se aprecia la estructura. Crédito: Jose Cepsa.
La corteza terrestre es una capa sólida muy fina comparada con todo el volumen de roca fundida que es el interior de nuestro planeta. Además, como explicábamos en esta entrada, el magma del interior de la Tierra ni siquiera está repartido de manera uniforme, y a veces tiende a acumularse en ciertas zonas debido a corrientes convectivas que aparecen en el material líquido. Estas zonas suelen ceder a la presión y el magma termina colándose hacia la superficie formando volcanes pero, si la corteza es suficientemente resistente para contener la corriente de material fundido, el fenómeno se manifiesta de otra manera: la corteza se deforma sin llegar romperse.


La corteza terrestre no está compuesta de una capa uniforme de roca, sino que su composición va variando con la profundidad dependiendo de las condiciones de cada punto de la superficie terrestre (o bajo ella), formando diferentes estratos.

En el caso de la estructura de Richat, el viento del desierto ha ido erosionando las capas deformadas y levantadas por el magma hasta dejarlas al nivel del resto del sueloexponiendo los estratos que antes estaban enterrados.

Claro, que este es un dibujo en dos dimensiones. Para ser más fieles a la realidad, habría que imaginar una gran porción de terreno elevada en forma de un montículo (o varios) compuesta por varias capas de roca diferentes que van sido desgastadas hasta borrarlas del mapa, exponiendo al aire una sección de su interior.

Y, nada, os dejamos con una imagen por satélite bien hecha.

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